miércoles, 9 de febrero de 2011

Yo he estado a su lado siempre...

Hace mucho tiempo que la sigo. La espío sin que ella se de cuenta a todos lados. A pesar de poder, me abstengo de seguirla a esos lugares a los que debe ir sola. Por las noches me acuesto a su lado y la contemplo, y estoy seguro de que ella siente mi presencia. Pero nunca se queja, parece que cree que es el cansancio la que le da esa sensación. La abrazo hasta que duerme. Busco dentro de ella esa oscuridad que dejó atrás hace mucho. Y es que al principio todo era oscuridad, y de la oscuridad nació la luz, una aberración para el universo. Y a pesar de que los ángeles nacimos de la luz, nos dimos cuenta de nuestra oscuridad interior y yo decidí darle la espalda a la luz, pues la luz solo ciega y no permite saber. Abracé la oscuridad y ahora busco que ella lo haga también, no entiendo porque ella niega su oscuridad, pero poco a poco estoy logrando que vea hacia su interior y reconozca esa oscuridad con las que todos nacen pero no son conscientes de ella. Le he compartido un poco de mi oscuridad, le he compartido un poco de lo que sé, pero no todo, pues yo sigo en formación y llega a mi el conocimiento cuando debe llegar. Pues ese es el fundamento de la magia real, esperar sin buscar. Y es por eso que espero, espero a que encuentre su oscuridad cuando llegue el momento de que la descubra, y entonces tendrá que decidir si abraza a la oscuridad, al conocimiento, o prefiere la luz, la ignorancia. Y es que para entender muchas cosas a veces debemos verlas desde otra perspectiva, en su momento yo vi el mundo desde la perspectiva de la luz, ahora lo veo desde las sombras y me doy cuenta de la realidad de la mayoría de las cosas. No entiendo las acciones de los estúpidos seres de luz, pero ahora ya no me afectan ni siento dolor, pues el dolor y el sufrimiento fueron engendrados en la luz. Ahora le toca a ella dejar el dolor y el sufrimiento atrás, pues lo sufrido no resucita sueños. Los sueños nacen de nuestra oscuridad y es por eso que los tenemos presentes, pues también el olvido fue nacido de la luz. Y yo seguiré buscando en su interior hasta que encuentre esa oscuridad y pueda entender y pueda dejar el dolor atrás, pero debo esperar por su decisión...

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