miércoles, 23 de febrero de 2011

Primer Aniversario


1 año =

12 meses =

52 semanas =

365 días =

8,760 horas =

525,600 minutos..

Y aún quedan personajes nuevos por crear,

secuelas que continuar,

pensamientos que en palabras se han de plasmar,

vidas por finiquitar,

sangre que derramar,

oscuros sueños que de nuestra mente no se pueden alejar

porque dentro de nosotros habitan monstruosidades que sólo al escribir pueden escapar, disfrutar.

martes, 22 de febrero de 2011

Belleza...

La conocí en una fiesta a la que fui invitado por un muy buen amigo. Me dijo que indiscutiblemente conocería a alguna chica esa noche, pues había invitado a todas las familias de clase alta de los poblados aledaños.
Me vestí con mis mejores galas y me dirigí al festejo. Como siempre llegué puntual a casa de mi amigo. Me recibió de una manera cálida, como siempre, y me acompañó al interior de su morada, donde se encontraba una multitud de personas que platicaban formando grupos pequeños, reían, bebían y comían los bocadillos que les ofrecía la servidumbre. No faltaban los caballeros que cortejaban bellas chicas. Ni bellas chicas que murmuraban entre ellas cuando un caballero pasaba cerca de donde ellas estaban. No era mi tipo de ambiente, sin embargo estaba ahí a petición de mi gran amigo.
Me presentó con gente "importante", me limité a fingir una sonrisa discreta y a besar la mano de las damas que me presentaban y a saludar cordialmente a los caballeros. No ponía atención realmente. Comenzaba a aburrirme, este no era el tipo de lugares que solía frecuentar.
Estuve decidido a mentirle a mi amigo y decirle que había olvidado un asunto muy importante, cualquier cosa que me permitiera salir de ese lugar. Cuando desvié mi mirada y en un balcón vi a una chica a través del vidrio del ventanal, pensé que al igual que yo no se sentía cómoda en esa fiesta llena de pretensiones. Así que decidí salir a hacerle compañía.
Salí y me acerqué lentamente. Ella oyó mis pasos y volteó, me quedó mirando fijamente y yo quedé paralizado. Era la mujer más hermosa que haya visto en mi vida. Cuando pude tener control sobre mi la invité a tomar algo dentro. Y accedió.
Le dije que esperara mientras iba a servir las copas. Al regresar me sorprendió verla rodeada por una cantidad considerable de caballeros, dejé las copas en una mesa cercana y le pregunté a mi amigo si sabía quien era aquella bella chica, él negó conocerla, "quizá alguna invitada de un invitado" me dijo. Pero no le tomé importancia. Decidí no interrumpir los cortejos de aquellos caballeros hacia la chica y me despedí de mi amigo.
Una semana después llegó a casa una carta. La recibí y le di una moneda al chico que la había entregado. Me senté en mi sillón favorito y abrí la carta. La leí detenidamente, se trataba de una disculpa de esa bella chica, decía que lamentaba el haberme hecho a un lado y que para enmendar su falta me invitaba a un día de campo. Al día siguiente el muchacho volvió por la respuesta, le entregué el papel y se fue corriendo.
Tres días más tarde me encontraba en el lugar acordado, ella llegó puntualmente. Y preparamos todo para nuestro día de campo. Comimos, bebimos, platicamos de una forma muy amena hasta muy tarde. Hasta que llegó la hora de despedirnos.
Seguimos frecuentandonos hasta que formalizamos nuestra relación y finalmente nos casamos. Al principio creí que era el hombre más afortunado de todos por haberme casado con una mujer hermosa, era demasiado bella. Pero todo fue cambiando poco a poco. La belleza de mi esposa crecía día a día, cada vez que la veía no lo soportaba y tenía que desviar mi mirada. Ella se dio cuenta de que algo andaba mal y me preguntó dulcemente que pasaba. No supe que decirle, le mentí y le dije que estaba un poco preocupado por asuntos del trabajo y ella me dijo que no me preocupara que todo estaría bien. Pero poco a poco toleraba menos su belleza. Hasta que llegó un punto en el que su hermosura resultaba aberrante, tal belleza no era normal en este mundo, era espantosamente bella. Tenía que terminar con esto, pronto.
Entonces llegó el día, fingir ir al trabajo, esperé a que saliera de casa y entonces me apresuré a preparar todo.
La amaba tanto hasta el momento en que su belleza resultó aberrante a mi vista. No podía soportar su presencia. Entró a la casa y entonces escuché sus gritos desgarradores pidiendo ayuda, pero nadie acudiría. Moriría irremediablemente en unos cuantos minutos, de mientras escucharía sus gritos que sería como una pieza musical dedicada a mi tranquilidad, pues ese ese aberrante ser dejaría de existir en unos momentos. Volvería a mi tranquilidad. Lo deseaba. Y así fue. Volví al silencio.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Yo he estado a su lado siempre...

Hace mucho tiempo que la sigo. La espío sin que ella se de cuenta a todos lados. A pesar de poder, me abstengo de seguirla a esos lugares a los que debe ir sola. Por las noches me acuesto a su lado y la contemplo, y estoy seguro de que ella siente mi presencia. Pero nunca se queja, parece que cree que es el cansancio la que le da esa sensación. La abrazo hasta que duerme. Busco dentro de ella esa oscuridad que dejó atrás hace mucho. Y es que al principio todo era oscuridad, y de la oscuridad nació la luz, una aberración para el universo. Y a pesar de que los ángeles nacimos de la luz, nos dimos cuenta de nuestra oscuridad interior y yo decidí darle la espalda a la luz, pues la luz solo ciega y no permite saber. Abracé la oscuridad y ahora busco que ella lo haga también, no entiendo porque ella niega su oscuridad, pero poco a poco estoy logrando que vea hacia su interior y reconozca esa oscuridad con las que todos nacen pero no son conscientes de ella. Le he compartido un poco de mi oscuridad, le he compartido un poco de lo que sé, pero no todo, pues yo sigo en formación y llega a mi el conocimiento cuando debe llegar. Pues ese es el fundamento de la magia real, esperar sin buscar. Y es por eso que espero, espero a que encuentre su oscuridad cuando llegue el momento de que la descubra, y entonces tendrá que decidir si abraza a la oscuridad, al conocimiento, o prefiere la luz, la ignorancia. Y es que para entender muchas cosas a veces debemos verlas desde otra perspectiva, en su momento yo vi el mundo desde la perspectiva de la luz, ahora lo veo desde las sombras y me doy cuenta de la realidad de la mayoría de las cosas. No entiendo las acciones de los estúpidos seres de luz, pero ahora ya no me afectan ni siento dolor, pues el dolor y el sufrimiento fueron engendrados en la luz. Ahora le toca a ella dejar el dolor y el sufrimiento atrás, pues lo sufrido no resucita sueños. Los sueños nacen de nuestra oscuridad y es por eso que los tenemos presentes, pues también el olvido fue nacido de la luz. Y yo seguiré buscando en su interior hasta que encuentre esa oscuridad y pueda entender y pueda dejar el dolor atrás, pero debo esperar por su decisión...

lunes, 7 de febrero de 2011

Pero también las estrellas con crueles...

En tiempos en que la luna y las estrellas marcaban el ritmo de vida de las personas, y también su destino. En un lugar en el que la luna decidía cuando era momento de sembrar o cosechar, decidía también si era buen momento para la cruza del ganado o para celebrar una boda e incluso si era un buen momento para concebir un vástago. Y en las estrellas se podía leer si habría sequía o si todo saldrían bien en las cosechas, las personas preguntaban muchas cosas a otras personas que podían leer en las estrellas el destino. 
Y nuestro amigo había leído muchas cosas en las estrellas, todas ellas habían resultado tal y como las había leído. Y es que nadie podría leer el futuro si no estuviera escrito en algún lado. Vivía confiando en lo que había leído en las estrellas y había hecho planes respecto a eso. Y todo parecía ir saliendo muy bien.
Pero las estrellas también son crueles...
Y en algún momento las constelaciones cambiaron, las estrellas se movieron, estaban aburridas o quizá solo querían divertirse. Y poco a poco empezaron a jugar con los planes de este chico, como niños pequeños jugando con papeles importantes, primero los arrugaban para terminar rompiéndolos, uno a uno, destrozándolos sin piedad ni arrepentimiento. Y él se dio cuenta pero ¿qué podía hacer? Y fue entonces que se dio cuenta de que las estrellas lo habían traicionado. Pero también se dio cuenta de que las estrellas no estaban ahí para ser leídas, se dio cuenta de que todos nosotros vivimos bajo una tiranía y que todos estamos a merced de la voluntad de las estrellas y se dio cuenta de que también las estrellas son crueles...

miércoles, 2 de febrero de 2011

Los monstruos también lloran

Sí, soy un monstruo. Veo mi reflejo y no se parece a ningún otro. Soy yo, soy yo... ¿soy yo? La imagen que se refleja en las superficies, en los espejos, y repite mis movimientos, mis expresiones, así lo dice. La gente también lo dice. Los animales lo sienten.
¿Qué es lo que veo? Ojos profundos de animal herido, que se asusta cuando te acercas y duda: ¿atacar o creer?; dientes dispuestos a morder, jugando o peleando, que pueden causar dolor o placer. Dientes escondidos tras labios, que de lejos, podrían considerarse bellos, pero son muy pequeños y casi nadie los nota. Sólo ven los horribles dientes del monstruo.
Manos grandes como garras, ásperas y toscas, fuertes y frías, que no saben acariciar porque nunca les enseñaron... pero podrían bailar sobre tu cabello si te acercaras a explicar cómo se hace. Si les dieras un poco de tu calor...
El cuerpo es grande, tosco también, la piel es resistente al fuego, al frío y al olvido. Por lo mismo es gruesa, protege al ser que vive dentro, que se esconde ahí y que casi no sale. Le da miedo. La gente mira con desprecio y temor al monstruo en el que habita, a veces lo atacan pensando que no siente o por curiosidad. Por eso se esconde, no quiere que le pase lo mismo. De vez en cuando se deja entrever en una sonrisa (si saben ver), pero hay días en que se desborda por los ojos del monstruo, días en que el hastío es tanto que sólo queda liberarse un poco. Sí, es el día en que los monstruos lloran.