domingo, 25 de diciembre de 2011

Satán Claus.

-Mira hermanita. ¡Una luz en el cielo!
-¿Tú crees que sea Santa Claus?
-¿Y quién más? ¡Ahí viene, mira!
-Entonces existe. ¡Existe Santa Claus!
-Sí hermanita, solo tienes que creer, y ser una niña buena.
-Oye, ¿pero no debería venir en un trineo de renos?
-¡Claro que sí!
-Pero esas cosas con cuernos no son renos.
-¡Oh no!
-¿Qué pasa?
-¡Corre, hermanita, corre!
-¿Por qué?
-¡No es Santa Claus! ¡Es... es...!

Malditos niños buenos,
mis víctimas son, los detesto,
donde mi vista los descubre, caen envueltos en llamas,
los estrangulo con guirnaldas de Navidad,
me gusta electrocutarlos con series de foquitos,
delante de sus papás;
sepan, niños, que a su viejo gordo barbón
le di a comer su traje rojo
y le metí los cuernos de uno de sus renos por el culo.
Cada año vengo a aplastar a los niños buenos
y a traer regalos a los niños malos,
por eso, en el lugar de donde vengo,
me llaman Satán Claus.

En cuanto a ustedes, niños malos,
dicen por ahí que no merecen nada en Navidad;
que son las peores compañías, la peor escoria.
Este año sí que se han portado mal,
yo he visto cada una de sus perversiones,
y por eso los he venido a premiar.
A ti, Dianita,
que todo el año te acuestas con hombres casados,
te traje unos condones de sabores,
para que ellos te disfruten, y tú a ellos.
Para Pedrito y Pablito,
amantes de los golpes durante los conciertos,
unos guantes con picos, así nadie podrá vencerlos.
Y a ti, Juanito,
que te la pasas de vago jugando futbol en la calle,
a tus treinta y ocho años,
recibe el balón oficial del Mundial de Francia 98.
Estoy al pendiente de ustedes,
por eso, en los callejones metafísicos
me dicen Satán Claus.

Películas cinco equis,
látigos, vibradores, muñecas inflables...
¿qué es lo que más deseas?
En mi costal hay fuego y azufre.
Un auto más rápido para escapar de la policía,
un poco de estrógenos para convencer a esa chica,
y la colección completa del Marqués de Sade, digo,
por si se te agotan las ideas.

Entre peor te portes, mejor para mí,
de más regalos te voy a llenar.
Si buscar placer, envíame una cartita,
sólo escribe: Satán Claus.

Y si en el año tuviste que inclinar la cabeza,
o decir "sí, señor",
no te preocupes, también en mi costal traigo venganzas;
Si alguien te puso los cuernos, sólo dímelo
y yo le haré lo mismo que al gordo barbón.
Puedes confiar en mí,
soy la respuesta a tus oscuras plegarias,
he venido de muy lejos a complacerte.
Ahora ya sabes por qué me dicen Satán Claus.
Yo soy Satán Claus.

-Mario Cruz.