Cabe mencionar que este cuento fue inspirado por un cuento más corto.
Cuando lo leas recordarás ;)
Sin más que decir, aquí lo tienen:
La primera vez que la vi, algo en ella me cautivó, en ese
momento no tuve oportunidad de hablarle. Más bien no me atreví pues mi extrema
timidez me lo impidió.
Pensé que nunca la volvería a ver de nuevo, como es
frecuente que suceda. Sin embargo al otro día la vi de nuevo y nuevamente sentí
en mi interior esa sensación tan fuerte. Una atracción indescriptible corría frenéticamente por mis venas. Entonces surgió
en mí una extraña curiosidad de saber qué era lo que causaba esa atracción extrema.
A los siguientes días la miraba tratando de encontrar la
respuesta y satisfacer esa curiosidad, que se había tornado en una necesidad. Entonces
ella volteó y me quedó mirando fijamente a los ojos y sus labios dibujaron una
hermosa sonrisa, dejando al descubierto unos hermosos dientes. En ese instante
supe que mi búsqueda había llegado a su fin. Sabía qué era lo que causaba esos
sentimientos desorbitantes. Entonces me sin dudarlo me animé a invitarla a
salir.
Lamentablemente a los días siguientes sus ojos poco a poco
fueron perdiendo su brillo y sus dientes se tornaron opacos y poco a poco
fueron adquiriendo un tono amarillento. El darme cuenta de esto me hizo sentir
un poco mal y quizá hasta un poco culpable por tenerlos aquí, en mis manos…